España y los parlamentos: tejiendo alianzas para liderazgos con rostro humano por la por la seguridad alimentaria y contra el hambre
Excelentísimos senadores y Senadoras de la Comisión de Cooperación Internacional del Senado de España Secretaría de Estado de Cooperación Internacional:
Director de la Fundación para la Internacionalización de las Administraciones Públicas (FIAP);
Directora de Fundación Carolina; y,
Representantes de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Senado de España, 11 de junio 2024 – Antes de comenzar quisiera compartirles, que como ciudadano español y también iberoamericano, me siento profundamente honrado de participar en esta sesión en el Senado de España tan significativa, que no solo representa la presentación oficial de un informe, sino el testimonio vivo de un modelo de acción parlamentaria que está dando frutos concretos frente a uno de los desafíos más apremiantes del siglo XXI: el hambre y la malnutrición en un mundo con abundancia de alimentos, y donde España ha jugado un rol protagónico en el escenario internacional.
Este informe no es una mera rendición de cuentas. Es también una declaración política. Es la prueba de que el Senado de España, y en concreto su Comisión de Cooperación Internacional para el desarrollo ha asumido un liderazgo transformador en la lucha contra el hambre y la malnutrición, un liderazgo que va más allá de sus fronteras, y que hoy se convierte en una referencia para el mundo y que además da un valor a una cooperación de ida y vuelta.
Todo ello en el marco del desarrollo de los Frentes Parlamentarios contra el Hambre de América Latina y el Caribe (FPH-ALC), que muchos de ustedes conocen y que, gracias a la Cooperación Española —que apostó por ellos hace más de 15 años—, se ha convertido en una importante plataforma plural, reconocida en 24 parlamentos nacionales y regionales, y que forma parte ahora de la Alianza Parlamentaria Iberoamericana y Caribeña por la Seguridad Alimentaria.
Frentes y Alianzas que, no solo desarrollan un trabajo legislativo amplio, sino que también están innovando en la forma de hacer política. Son espacios permanentes de colaboración que van más allá de los ciclos electorales, institucionalizando agendas estructurales que necesitan continuidad y que son claves para la sostenibilidad de estos países.
El trabajo de los FPH-ALC y de las alianzas que han construido ustedes, nos muestra que otro modo de hacer política, es posible. Nos enseñan un modelo replicable de cómo los parlamentos pueden transformarse en verdaderos motores de cambio; no solo legislando, sino revitalizando la participación ciudadana, promoviendo el consenso político, legislando en base a evidencias y diálogo, compartiendo experiencias, convocando el apoyo de aliados nacionales e internacionales, y devolviendo la esperanza a los territorios donde se expresan los problemas de la inseguridad alimentaria.
Cada ley aprobada en esta red parlamentaria —más de 100 en los últimos años— no solo es un logro de estos países y de los parlamentarios de los frentes, sino que también lo es de cada ciudadano español que está representado hoy aquí en el Senado, y que muestra que el combate al hambre y la malnutrición, también teje ciudadanía, institucionalidad, y confianza. Sin duda en un mundo cada vez más polarizado, donde la democracia se ve desafiada, estas experiencias son referentes de que la política tiene un sentido, y que con alianzas y colaboración es posible alcanzar el ODS 2 en Iberoamérica.
Esta visión se ha consolidado recientemente, como se ha comentado, con la creación de un espacio que marcará un antes y un después en la cooperación interparlamentaria global: la Alianza Parlamentaria Iberoamericana y Caribeña por la Seguridad Alimentaria.
Una Alianza fruto de un esfuerzo que fue impulsado por muchos de ustedes desde Guatemala, en 2017; consolidado en Madrid, en 2024; y fortalecido en Salamanca hace unas semanas. Una Alianza que se reunirá en octubre de este año, en México, donde esperamos consolidar uno de sus principales instrumentos: El Pacto Parlamentario Iberoamericano y Caribeño por la Seguridad Alimentaria, un hito de la cooperación, la integración, la diplomacia y la política.
Una Alianza sin precedentes, entre legisladores de dos regiones hermanas que deciden unirse para enfrentar juntos el reto de garantizar el derecho humano a la alimentación Siempre con un amplio respeto a las diferentes visiones que puedan existir sobre este tema, pero entendiendo que el hambre y la malnutrición no debe tener banderas o ideologías.
No hablamos de un foro birregional más, hablamos de una estructura de gobernanza parlamentaria innovadora, que ya está siendo observada por África y Asia, y que demuestra cómo la cooperación iberoamericana y caribeña puede generar bienes públicos globales.
En todo este proceso, España, en alianza con la FAO, no solo ha respaldado este esfuerzo a lo largo de los años a través de su cooperación con una visión de Estado; lo ha liderado con determinación. Lo ha hecho con inteligencia política, visión estratégica, respeto institucional, coherencia técnica y un profundo sentido de responsabilidad hacia la sostenibilidad global.
Este liderazgo cobra aún más sentido si consideramos que España, es hoy, uno de los países campeones de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, impulsada en el marco del G20. Una iniciativa ambiciosa, que requiere de anclajes reales, de experiencias concretas que demuestren que es posible avanzar, y donde sin duda, el rol de los parlamentos es fundamental.
Pues bien, la experiencia de los Frentes Parlamentarios y de la Alianza Parlamentaria Iberoamericana y Caribeña es uno de esos anclajes. Y es también un instrumento que puede dar contenido a los compromisos que España está asumiendo ante el mundo.
Como se comentó en Salamanca, América Latina y el Caribe ha visto mejoras en los últimos tres años, siendo la única región que en estos últimos años ha disminuido la inseguridad alimentaria y convirtiéndose en la única región que pueda alcanzar las metas del ODS2 en el 2030 y esto no ha sido por casualidad, sino gracias a políticas de protección social y legislaciones como las que esta red ha promovido.
Ahí está, por ejemplo, la ley de alimentación escolar en Guatemala, aprobada con el impulso del Frente Parlamentario y que fue mostrada en el evento en Salamanca. Una ley que ha cambiado vidas. Que ha mejorado la producción local y que ha mejorado finalmente la nutrición de millones de niños y niñas.
Sin embargo, lo cierto es que la inseguridad alimentaria persiste, y lo hace con rostro de mujer, de campesino/a, de indígena, de niño y niña. 43 millones de personas en América Latina todavía pasan hambre. Más de 248 millones padecen inseguridad alimentaria moderada o grave.
Ante esta situación, los países no solo necesitan políticas de Estado para atacar estos problemas estructurales sino también para prepararse para enfrentar los retos vinculados con el logro de una alimentación saludable para sus sociedades, en un contexto de cambio climático, de inestabilidad política global e incertidumbre.
Frente a este contexto y en base a lo expuesto, considero, que uno de los aspectos más valiosos de este trabajo colaborativo entre FAO y el Senado de España, (siempre con apoyo de la cooperación española), y con los parlamentos de la región ha sido su contribución a la promoción de la igualdad de género en el ámbito de la seguridad alimentaria.
Las diferentes actividades impulsadas por los parlamentarios y todos sus socios, han puesto especial énfasis en fortalecer el liderazgo de las mujeres rurales, ya que la mayor parte de las parlamentarias que impulsan este trabajo en la región, han sido o son mujeres, lo que ha permitido que se empoderen con conocimientos y habilidades para incidir directamente en sus Estados y comunidades. Por ejemplo, las actuales Coordinadora Regional y Coordinadora Regional Adjunta del FPH-ALC, son la Diputada Sonia Rojas de Costa Rica y la Senadora Laura Párraga, quienes además son lideresas indígenas de sus países, demostrando una vez más que es posible cambiar las realidades desde dentro.
Es por ello que, como Alianza España FAO para América Latina y Caribe, nos orgullecemos de ser parte de este impacto transformador al abordar estas desigualdades de manera directa, apoyando el posicionamiento político de mujeres para que lideren el cambio y sean parte activa en la creación de políticas alimentarias sostenibles e inclusivas.
En este tema quisiera agradecer muy sinceramente el apoyo que ha supuesto la AECID, la que apuesta fuertemente por la importancia de fortalecer el trabajo en materia de ODS5, con un enfoque de cooperación feminista, y que estamos seguros será un gran apoyo en impulsar una nueva línea de acción parlamentaria, dentro del trabajo del proyecto, vinculada con la publicación Género, hambre y malnutrición: Transformando la realidad desde la labor legislativa. Guía práctica para parlamentarias y parlamentarios, que acaba de ser presentada hace unas semanas en la Universidad de Salamanca. Aprovecho también para agradecer el enorme compromiso de todos y todas los que la han hecho posible esta guía, y en especial a la Secretaría de Estado de Cooperación quien nos honró con escribir el prólogo de esta valiosa herramienta.
Pero también debemos decirlo con claridad: Aprobar leyes no basta. Si esas leyes no se implementan en los territorios, no cuentan con presupuesto asignado, no se articulan con los gobiernos locales ni con las comunidades, y no se realiza un seguimiento sistemático que permita corregir y mejorar su aplicación, por lo tanto, el derecho a la alimentación corre el riesgo de convertirse en una promesa vacía y sin impacto real en la vida de las personas.
Por eso, es fundamental, como nos han solicitado los parlamentarios y parlamentarias, fortalecer también el trabajo de estos Frentes Parlamentarios contra el Hambre en el seguimiento legislativo en los territorios, sobre todo con enfoque de género, y por supuesto de forma articulada con los ejecutivos, las autoridades locales, la academia, la empresa y la sociedad civil. Este seguimiento es mucho más que control:
- Es monitoreo, es fiscalización, pero también es escucha activa y empoderamiento del trabajo parlamentario por parte de los territorios.
- Es volver al territorio como frentes o alianzas, y no como diputados o senadores aislados, para evaluar políticas concretas de lucha contra el hambre y la malnutrición y sus resultados para corregir el rumbo si hace falta, y, sobre todo, generar confianza institucional fortaleciendo la democracia.
Precisamente, este es uno de los aportes más valiosos a la Alianza Parlamentaria Iberoamericana y Caribeña, porque si queremos que esta alianza no sea solo un espacio de debate, sino una herramienta de cambio, debemos vincular las decisiones legislativas regionales con la realidad de los territorios. El trabajo en territorio, a través de los frentes, permitirá a la Alianza parlamentaria Iberoamericana y Caribeña:
- Identificar buenas prácticas locales que pueden escalarse a nivel birregional; y,
- generar aprendizajes comunes desde la implementación de las leyes y políticas de estado claves que alimenten la cooperación entre parlamentos. Así, lo que empieza como una ley nacional y su implementación en los territorios, se convierte en una política parlamentaria birregional y —por qué no— en una bandera compartida ante el mundo.
Por ello, hoy más que nunca es necesario asegurar recursos que permitan consolidar dos líneas de acción clave e innovadoras dentro del proyecto:
- Reforzar el trabajo parlamentario con enfoque de género.
- Acompañar la implementación efectiva de las leyes y políticas de estado claves en los territorios.
También, como Oficial de la Alianza España – FAO para América Latina quisiera agradecer el trabajo de la Alianza Parlamentaria Española por el Derecho a la Alimentación, y muy especialmente a sus liderazgos, la Senadora Elena Diego y el senador Gonzalo Robles, ya que desde su reactivación se han alcanzado importantes logros, además de los comentados, tales como;
- Se ha influido en el Marco Estratégico de la FAO 2022–2031, donde por primera vez se reconoce a los parlamentos como actores clave.
- Se ha contribuido de manera decisiva al fortalecimiento del actual Plan Director de la Cooperación Española 2024-2027, al incorporar de forma explícita el valor del trabajo parlamentario, y posicionar al Parlamento español —y a esta Comisión en particular— como un actor clave en la agenda internacional de desarrollo.
- Se ha contribuido para que el Comité Mundial de Seguridad Alimentaria escuche la voz de los legisladores, participando por primera vez en estos espacios de gobernanza mundial.
- Se han inspirado cumbres mundiales, que nacieron justo aquí, en el Senado de España, entre otros aspectos
Y todo esto se ha hecho gracias a la cooperación española, al compromiso sostenido de la AECID desde sus inicios, a la labor incansable de esta Comisión del Senado y de cada parlamentario y parlamentaria que ha creído en el poder de la ley como herramienta de transformación. A este esfuerzo se ha sumado la valiosa Cooperación Mexicana, a través del programa “Mesoamérica sin Hambre AMEXCID–FAO”, una iniciativa pionera impulsada por la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID) y la FAO, que ha demostrado cómo una cooperación Sur-Sur eficaz y comprometida puede generar impactos concretos en la seguridad alimentaria de la región. En los últimos años, se han incorporado también nuevos aliados estratégicos y muy relevantes como la SEGIB, la FIAP y la Fundación Carolina, consolidando así una red de colaboración interinstitucional que refuerza, multiplica y proyecta el alcance de esta agenda parlamentaria transformadora.
Permítanme cerrar con una convicción profunda: España, con el liderazgo que hoy ejerce, tiene la oportunidad de ser el país que ponga rostro humano a los grandes retos de la transformación de los sistemas agroalimentarios, hacia modelos más saludables, sostenibles e inclusivos. No desde cifras abstractas, sino a través de ejemplos concretos de este trabajo parlamentario, que en cada país y en cada región está generando cambios reales. Un trabajo que articula derechos, evidencias, equidad de género, acción climática, sostenibilidad y fortalecimiento democrático.
Porque no hay política pública más transformadora que aquella que nace del consenso, se implementa con enfoque de derechos, de género, y que llega hasta el último rincón del territorio, haciendo realidad el derecho a una vida digna sin dejar a nadie atrás, y mostrando, además, que una cooperación de ida y vuelta no solo es posible, sino que es el futuro.
En ese sentido, ratificar nuestro compromiso con este trabajo tan inspirador que desarrollan todos y todas ustedes, y por supuesto felicitar a la Comisión de Cooperación del Senado de España, así como a la Alianza Parlamentaria Española por el Derecho a la Alimentación y a la Alianza Parlamentaria Iberoamericana y Caribeña, ya que estoy seguro de que junto a la FAO seguiremos impulsando políticas de estado que refuercen estos esfuerzos de cooperación feminista alrededor de la lucha contra el hambre y la malnutrición.
Hoy, Iberoamérica y el Caribe también está necesitando, una vez más, de todos ustedes y de la cooperación española, para que además del trabajo que ya realizamos, sean parte de acciones concretas que hagan verbo la territorialidad y la igualdad de género, fortaleciendo la dos nuevas líneas de acción parlamentaria que ya hemos mencionado.
No quiero despedirme sin dejar de resaltar, y de una manera muy especial, el compromiso de todos ustedes con esta causa que pude sentir a través de su interés, paciencia y participación, en el evento que llevamos a cabo en Salamanca, “Todo comienza con la alimentación”, en donde, más allá de las diferencias de visiones y responsabilidades, se construyó un diálogo que ha permitido llegar a aprobar la Declaración de Salamanca, un conjunto de compromisos de todos y todas con el trabajo de la Alianza Parlamentaria Iberoamericana y Caribeña, que va conformando lo que llamaría el “Espíritu de Salamanca”.
Finalmente, les agradezco profundamente su esfuerzo por mantener viva esta apuesta y mostrar tanto con este informe como con su trabajo y compromiso, este espíritu que sembramos en Salamanca hace unas semanas, animándolos a seguir liderando este camino con más fuerza, más recursos y más alianzas.
Muchas gracias y estamos a su disposición,
Luis Lobo
Oficial del Programa España-FAO de América Latina y el Caribe