El Derecho a la Alimentación y las políticas públicas para mujeres rurales
Discurso realizado por Guadalupe Valdez, Coordinadora Regional del Frente Parlamentario contra el Hambre, en el seminario “Políticas públicas para las mujeres rurales en América Latina y el Caribe”, en Brasilia, Brasil, el 19 y 20 de marzo.
Queremos compartir la reflexión sobre el derecho a la alimentación y cómo es posible contribuir a la lucha contra el hambre, pero quisieran también dar una visión de lo que desde el Frente Parlamentario contra el Hambre (FPH) de Amèrica Latina y el Caribe estamos mirando. Tomando en cuenta que se ha hablado de la importancia que tiene el establecimiento de políticas para las mujeres rurales y que estás se enmarquen en políticas de Estado. Es en ese marco que queremos situar también la lucha contra el hambre.
Quiero iniciar señalando la importancia que tiene la pregunta con la cual Carmen Foro inició su intervención en el panel anterior, donde ella hablaba de cuál debe ser el modelo económico en que queremos insertar nuestras políticas, nuestros marcos legales. Y esto tiene que ver con la situación que vive hoy día el mundo, estamos en un momento de cambios importantes, en el cual reconocer que hay que erradicar el hambre requiere de un noble y claro compromiso político que tiene que estar acompañado de una ética donde prime el bien común.
Hoy día la gran reflexión es para qué sirven nuestros Estados? Para qué sirven nuestros marcos legales? Para qué sirven las políticas públicas en nuestros países? y obviamente, si estamos en un momento de recuperar la dignidad del ser humano, la dignidad de las mujeres, esto tiene que ser pensado en el bien común. Esto requiere entonces, que en nuestros países los marcos jurídicos reconozcan inicialmente el derecho a la alimentación, y que contribuyan a desarrollar en cada nación una institucionalidad adecuada para erradicar el hambre, y eso nos lo señalaba en la intervención la señora Augusta, cuando ella hablaba de la necesidad de pensar esa institucionalidad.
Se requiere además, que sean construidos para garantizar los derechos de las mujeres y la igualdad de oportunidades. No podemos pensar estos temas al margen de la reflexión que estamos haciendo en este seminario.
La institucionalidad en la lucha contra el hambre requiere de una serie de pasos que son fundamentales y que queremos colocar para que sean abordados en los grupos de trabajando, ya que es necesaria la articulación entre los diversos actores, las diferentes instancias de gobierno, el congreso, los movimientos de mujeres, las organizaciones sociales, la cooperación y la ciudadanía en general. La experiencia de Brasil es muy rica, ya que a través de espacios como la Conferencia Nacional en Soberanía Alimentaria (CONSEA), en la cual hay un amplio proceso de participación de los diversos sectores para construir políticas públicas para luchar contra el hambre.
Es fundamental pensar como insertamos en esta lucha. Esto nos convoca a un cambio de cultura política en nuestros países, de pasar de una cultura política patriarcal, que en estos momentos está matizada por políticas clientelares y asistencialistas hacia una cultural política de construcción de ciudadanía, donde las mujeres juguemos el rol que nos corresponde, al que tenemos derecho, y que sea además, una cultural política de construcción de ciudadanía con enfoque de derecho.
Eso nos lleva a plantear que desde los congresos hay actores con los cuales los y las legisladoras tenemos que articular. En promedio en América Latina el 20% de los congresistas somos mujeres y tiene que ver con el tema que implica la participación política y en la lucha contra el hambre y la lucha por los derechos de las mujeres rurales, tiene también que implicar una lucha con esa agenda, por la causa que llevamos las mujeres en la participación política, por los derechos sexuales y reproductivos. Tenemos que tener una mirada integral del proceso como se planteó anteriormente.
Cuando hablamos de un enfoque de derecho, y cuando nos referimos al derecho a la alimentación nos estamos refiriendo que deben haber algunos principios a tomar en cuenta en esta reflexión. El tema de la equidad, es un principio fundamental, la no discriminación, y nosotras las mujeres que somos discriminadas cotidianamente en nuestros países, en la política, en los partidos políticos, en las organizaciones, en los medios de comunicación, tenemos que hablar. Exigir transparencia en el proceso de toma de decisiones y que se nos de la participación requerida en las tomas de decisiones.
Aunque en muchos de nuestros países está establecido que la mayoría de las decisiones, la toman los gabinetes, algunos países tienen paridad de género pero otros países no tienen paridad de género, algunas decisiones que afectan a las mujeres son tomadas por los hombres en su mayoría, entonces tenemos que hablar también de rendición de cuentas. Otro principio importante es el de la observancia de la ley, por ejemplo, en 124 países hay 115 que tienen leyes a favor de la tenencia de la tierra, pero cuando vamos a la realidad en la aplicación de la ley vemos que eso no se observa, con múltiples medidas, algunas de marco legal, como es el tema de las prácticas culturales, las practicas familiares que existen en nuestro territorio.
Los otros principios que debemos tomar en cuenta es el de la participación, el de los mecanismos de recursos, donde aquellas personas que les son violados sus derechos puedan tener los mecanismos jurídicos para poder reclamarlos y exigirlos.
Ahora quiero referirme a los cinco desafíos que estamos abordando desde el Frente Parlamentario de Lucha contra el Hambre en América Latina y el Caribe y donde necesitamos establecer alianzas estratégicas con las instancias que están en este seminario para juntas avanzar en este camino.
Primer gran desafío: Como vamos a generar espacios de diálogos políticos, plurales e inclusivos donde las mujeres, y en este caso las mujeres rurales, estén representadas, participando es este espacio de dialogo y que no sean solo de los congresistas sino que pueda abarcar a los diferentes actores y actoras. El apoyo de la sociedad civil y el sector privado es necesario que haya consenso y generar procesos de movilización a todos los agentes hacia la meta de un mundo sin hambre, donde ese dialogo público-privado estén los gobierno, las organizaciones civiles, sociales y comunitarias, de los pueblos originarios, jóvenes, los asalariados y asalariadas del campo desde donde surjan propuestas de estado, y eso es muy importante, ya se señaló anteriormente, y es un tema que tenemos que trabajar, para que de estos diálogos, y que de esas reflexiones salgan propuestas de estado para nuestros países, y que las mismas no caigan cuando termine un gobierno o cambia un congreso en nuestros países.
El segundo desafío es el de la sustentabilidad de los contenidos en los marcos normativos, lo que indica revisar y ajustar la estructura presupuestaria y en algunos casos las estructuras fiscales de nuestros países, y en este sentido es fundamental ver cómo vamos a trabajar los presupuestos generales del estado con sensibilidad a las políticas públicas que visibilicen a las mujeres, obviamente a las mujeres rurales, aquí se ha planteado los temas de la tierra, el agua, la biodiversidad, la capacitación, de la tecnología, pero eso hay que verlo en todo el ámbito del presupuesto, que en la mayoría de nuestros países invisibilizan los que son recursos para garantizar la dignidad y la participación de las mujeres.
El tercer desafío es el de generar espacios de dialogo con el Poder Ejecutivo y los Ministerios para establecer las políticas públicas como estaríamos pensando aquí para llevar a la conferencia regional de octubre, y que esto, después se le pueda fiscalizar a través de los propios congresos para ver cómo se aplican en nuestros propios países. Y sentir que no estamos solas, aunque haya algunas mujeres que están en el poder ejecutivo y las que estamos en el congreso tenemos la función y el mandato de fiscalizar como se cumplen las políticas públicas y ahí hacer una articulación muy sólida para estos temas en nuestros países.
El cuarto desafío es que hay que vincular este tema desde una perspectiva multisectorial, y el tema hoy día sobre la soberanía alimentaria y nutricional, no solo tiene que ver con producción de alimentos, tiene que ver con acceso y disponibilidad, con salud, con educación, con medio ambiente, con trabajo, con seguridad social. Sin embargo, hay un tema que no estamos de acuerdo en nuestros países, es todo el tema y la reflexión sobre la soberanía alimentaria.
Hay países que ya han avanzado en sus marcos constitucionales, en sus marcos legislativos como es el caso de Bolivia, Ecuador, Nicaragua, sin embargo, hay países, eso tiene que ver con el enfoque de soberanía y seguridad alimentaria, y con la pregunta que hacia Carmen Foro, sobre el modelo económico con el cual queremos inscribir en las políticas públicas a las mujeres rurales para el desarrollo de políticas en nuestros países.
Es fundamental, como una reflexión importante sumar otros temas a las causas de las mujeres, de nosotras las mujeres en sentido general, ya que las mujeres rurales son un elemento fundamental en el desarrollo de nuestros pueblos. En varios países de América Latina en los congresos se están formando bancarias parlamentarias de mujeres con el propósito de que no votemos por la línea del partido político sino por la causa que nos convoca que son los derechos de las mujeres. Entonces, propiciar una agenda para trabajarlas con las bancadas parlamentarias, que es sumamente importante para todas nosotras.
Finalmente creo que de aquí han surgido una serie de temas, a los que se sumaran los que saldrán del trabajo de grupos, que nos permitirán construir esa agenda legislativa para trabajarlas en nuestros países.
Este tema requiere de una fuerte voluntad política que está en nosotras de asumir ese compromiso, ese reto de que involucre a la mayor cantidad de mujeres, que se rompan las barreras en nuestros países del acceso a la tecnología, el analfabetismo como es el caso de mi país, y de otras más que nos impiden crear y hacer alianzas de actores y actores en nuestros países y continente. No podemos mirar solamente hacia el continente de América Latina, tenemos que ver el Caribe y evaluar, porque tiene unas diferencias no solo en términos geográficos sino en el idioma y cultural, pero nosotras tenemos que dar la batalla para incorporarlas a ellas en estas reflexiones y mirar hacia otros continentes como África, donde las mujeres han crecido discriminadas, donde los hombres tienen años conduciendo y quieren seguir manejando la política y tomando las decisiones. Ustedes saben que al ritmo que en términos de participación política y de la mujer, duraríamos años para poder llegar a la igualdad de oportunidades. Entonces, no es poca cosa lo que estamos discutiendo cuando hablamos de avanzar hacia la igualdad de oportunidades, una cosa es lo que dice la constitución de la república y otra es que de definan las políticas públicas y otra es que esto lo podamos llevar a la práctica, a la realidad concreta en nuestros países, y ese es el gran reto que tenemos en este seminario y en los diferentes procesos en los que estamos participando en nuestros países, pero creo que esto es posible hacerlo con la voluntad política de cada una de nosotras y de todas las mujeres que en el mundo luchan por sus derechos.